La Carta Natal. Tu GPS Personal
¿Alguna vez has escuchado que la carta natal es como una foto del cielo en el momento en que nacimos? Es un concepto fascinante, ya que esa imagen celeste no solo captura un instante, sino que también marca de alguna manera nuestro destino.
La carta natal nos brinda pistas sobre las condiciones de vida y las experiencias que vamos a vivir en esta encarnación. En esencia, es nuestra promesa natal.
Entiendo que esto puede sonar un poco abstracto y quizás no llene del todo tus expectativas. Así que ejemplifiquemos, cuando planeamos unas vacaciones, nos sumergimos en la búsqueda de información turística, consultamos mapas y organizamos cada detalle para aprovechar al máximo el viaje. Utilizamos aplicaciones de GPS para no perdernos en lugares desconocidos. Ahora bien, ¡la carta natal también funciona como un mapa! Un mapa personal, un GPS personal que nos ofrece una guía valiosa sobre quiénes somos y cómo interactuamos con el mundo.
Así como planificamos un viaje, ¿por qué no utilizar esta herramienta de autoconocimiento para navegar por la vida? La carta natal nos ayuda a descubrir aspectos fundamentales de nuestra personalidad, entender nuestro mundo emocional y ver qué áreas podemos potenciar. Nos permite identificar nuestras fortalezas y debilidades, así como los patrones que se repiten en nuestras vidas.
Además, la carta natal nos proporciona información sobre las oportunidades y desafíos que se presentan en diferentes momentos. En lugar de dejarnos llevar por las circunstancias, podemos descargar esta información y usarla para orientarnos mejor en el camino.
La astrología se basa en varios principios fundamentales. Uno de los más conocidos es el famoso «como es arriba, es abajo», que proviene del Hermetismo. Este principio sugiere que existe una correspondencia entre los eventos celestiales y los eventos en la tierra, indicando que lo que sucede en el cosmos tiene un reflejo en nuestras vidas.
Otro principio importante es el “principio de la correspondencia”, que establece que todo en el universo está interconectado. Esto implica que los patrones y ciclos observados en el cielo pueden influir en nuestra vida cotidiana. También podemos mencionar el “principio de causalidad”, que sugiere que cada acción tiene una reacción. En astrología, esto se traduce en la idea de que las posiciones planetarias pueden influir en nuestra vida, pero también somos responsables de nuestras decisiones y acciones.
Por último, el “principio del libre albedrío”, que sostiene que, aunque los planetas pueden influir en nuestras vidas, tenemos la capacidad de elegir cómo responder a esas influencias. Estos principios forman la base del entendimiento astrológico y nos ayudan a interpretar cómo los movimientos celestes pueden reflejarse en nuestras experiencias diarias.
En mi opinión, hoy más que nunca, en estos tiempos donde sentimos la vida como un camino evolutivo, no se trata solo de hacernos una carta natal y recibir un montón de páginas con información difícil de entender. La forma en la que trabajo es abordarla a través de una consulta; entramos con una pregunta o inquietud específica. Por ejemplo, tal vez quieras saber cuál es tu propósito de vida o por qué siempre terminas relacionándote con personas que no te valoran. O quizás te preguntas por qué tu forma de comunicar provoca reacciones intensas entre tus familiares.
Es fundamental elegir una consulta que realmente te inquiete y para la cual deseas recibir información valiosa para tu evolución personal. Con tanta información disponible, no basta con una sola sesión para explorarlo todo a fondo; por ello, es importante concentrarse en uno o varios temas concretos para tratar. Así podremos profundizar en lo que realmente queremos comprender y mejorar.
La carta natal nos habla a través de un lenguaje simbólico codificado; nos indica tendencias y posibilidades. Se convierte así en esa brújula interna que nos guía conscientemente a lo largo del camino.
Y ahora te estarás preguntando, ¿qué necesito para hacerme mi carta natal? Para ello necesitas conocer tu fecha, hora, mes, año y lugar de nacimiento. La mayoría solo conoce su signo solar según su fecha de nacimiento; pero ¡sorpresa! Somos mucho más que eso. Existen 12 signos porque tenemos 12 casas astrológicas, cada una representando diferentes aspectos de nuestra vida.
Por eso muchas veces cuando escuchas hablar sobre tu signo solar y no te sientes identificado, puede ser porque hay otros planetas o signos en tu carta natal con mayor relevancia. Es aquí donde entra un punto importante, leer el horóscopo en revistas o sitios web puede resultar poco útil si solo consideras tu signo solar. Esa información general puede carecer de sentido cuando no conoces tu carta completa; así como cada persona es un mundo único, cada carta también lo es, y aunque puedan parecer similares o iguales, varían mucho al dar voz a la simbología astrológica.
Hoy en día, gracias a la tecnología, cualquiera puede obtener su carta natal al instante, pero eso no significa que sea fácil de interpretar. La astrología está llena de símbolos y significados que, al principio, pueden parecer confusos. Por eso, contar con un astrólogo es como tener un guía turístico en este fascinante viaje.
Imagina que tu carta natal es un rompecabezas único que revela tu esencia. Cada pieza tiene su propio lugar y significado.
Un astrólogo hace de traductor, sabe cómo juntar todas esas piezas para decodificar ese lenguaje y ofrecerte una visión más clara de quién eres y hacia dónde te diriges.
Así que no dudes en buscar esa guía; a veces, todo lo que necesitamos es un poco de ayuda para descifrar el lenguaje del universo.